Para Pablo Daniel Osvaldo, lamentablemente, en este momento las acrobacias y festejos haciendo el gesto de la ametralladora en la cancha son sólo un recuerdo. El exdelantero ítalo-argentino lucha contra un monstruo como la depresión y las adicciones, que no puede ahuyentar.
Él mismo lo dio a conocer con un triste mensaje en sus redes sociales, en un vídeo en el que desahogaba sus sentimientos entre lágrimas: «Tengo que hacer algunas confesiones sobre mi vida, creo que ha llegado el momento porque estoy bastante desesperado y no lo estoy haciendo bien en absoluto. Siento la necesidad de decir que llevo mucho tiempo luchando contra la depresión, lo que me ha llevado a algunas adicciones como el alcohol y las drogas.
Siento que la vida se me va de las manos. Lo que quiero contar y compartirles es que estoy en tratamiento psiquiátrico, estoy tomando medicamentos, tengo una enfermedad específica, pérdida de autoestima, depresión y muchas veces vuelvo a mis adicciones, caigo en la autodestrucción y prácticamente vivo solo encerrado en casa, no voy a ningún lado, no me importa levantarme de la cama, salir de mi cuarto, comer, caí en adicciones muy malas que solo empeoraron mi depresión, me duele no querer compartir cosas con mi familia, mis hijos.»
Osvaldo continúa su relato: «Lo cuento no para hacerme la víctima, en absoluto, sino para que todos entiendan el por qué de mis decisiones equivocadas. Estoy en tratamiento psiquiátrico, pero es difícil salir de él, «vuelvo a caer». Me meto en las adicciones y me alejo de las personas que amo. En el pasado fui un futbolista de primer nivel, era una persona completamente diferente, orgullosa y seguro de mí mismo. La de hoy es una persona que no reconozco. Me cuesta mucho abrirme, salir de la realidad construida en mi cabeza. Es muy difícil distinguir lo que es real y lo que no lo es. No puedo salir de esto por mi cuenta, pero quiero salir de esto, Quiero volver a ser lo que era antes. Ahora no sé cómo salir de esta casa, no tengo un trabajo estable, he gastado todo mi dinero. Siempre fui un buen amigo, un buen compañero, esperaba ser un buen padre.»
Osvaldo luego ofrece sus más sentidas disculpas: «Les pido perdón a mis amigos, a mi familia, a mis hijos y a Daniela. Tengo que asegurarme de no volver a caer en adicciones y espero que ahora que todos saben a lo que voy. A través de ellos me ayudarán. Pido volver a lo que era antes y nada más.»
