Todos en círculo escuchando al entrenador. Los entrenamientos en los momentos más delicados empiezan así, con unas palabras de Mourinho a sus chicos, a su familia, para dirigir el trabajo, percibir el estado de ánimo de las personas y enviar un mensaje entre líneas: darlo todo en los próximos partidos y llegar al descanso de la mejor manera posible, por tanto con la clasificación para la fase final de la Europa League y con puntos importantes para la lucha por la cima de la tabla escribe Jacopo Aliprandi en el Corriere dello Sport.
Sin olvidar un detalle importante: buscar la victoria en el derby para aquella afición que no abandonó al equipo ni siquiera después de la derrota ante el Inter. Los mismos que están listos para llenar el Olímpico mañana y volar a Praga el jueves. Serán diez días muy importantes para la Roma, por eso el ‘Special One’ ha querido impulsar a su equipo, no motivarlos, no hace falta, para estos tres partidos en los que tendrán que darlo todo. Y el equipo respondió como siempre, manteniéndose cerca del técnico y trabajando impecablemente en Trigoria.
En el grupo, que ha debatido mucho en los últimos días, no quedó ni rastro de escoria negativa por la decepcionante actuación ante los nerazzurri, al menos el enfado por no haber podido jugar su fútbol y sumar puntos importantes a pesar de el clima hostil como el del Meazza. Después de una velada complicada, Lukaku recuperó la sonrisa, gracias también al regreso de Dybala y Renato Sanches al grupo. Quien lo apoyará en el terreno de juego en los próximos partidos. Pero también gracias a todo el grupo que le apoyó antes y después del partido de San Siro. Especialmente contra la Lazio, cuando recibirá otra doble marca y la inevitable protesta de la afición biancocelesti.