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El efecto Mourinho aumenta las ganancias de la venta de entradas; el saldo tiene un positivo de +23,7 millones

Hay una Roma que consigue resultados sobre el terreno de juego y otra que busca el equilibrio económico. Ambas tienen algo en común, disfrutan del efecto José Mourinho. El balance es claro: las pérdidas respecto al año anterior disminuyeron y los ingresos aumentaron.

Dan Friedkin – escribe Gianluca Lengua en ‘Il Messaggero’ – ha aportado el saldo para la sostenibilidad económica, pero también ha inyectado en el último año 232,5 millones de euros, utilizados para el reembolso del bono emitido en 2019 por la dirección Pallotta y sólo mínimamente para las necesidades del grupo. Dinero que no creará deuda porque debe ser considerado a efectos de la ampliación de capital que se realizará antes del 31 de diciembre de 2024. Por tanto, la deuda financiera neta aumentó en 448 millones, pero por otro lado la exposición a terceros disminuyó en 90 millones. Estas son sólo algunas de las cifras anticipadas por la empresa presentes en los estados financieros que se presentarán en las próximas semanas.

¿Pero en qué medida influyó Mou en el aumento de los ingresos? Hay dos aspectos que se benefician de la presencia del ‘Special One’. El primero es el de venta de entradas y giras que registró un +23,7 millones. El segundo se refiere a las plusvalías que ascienden a 54 millones. El crédito es para el entrenador que mejoró a algunos jugadores y para el gerente general Tiago Pinto que los vendió. El saldo es positivo: 41,6 millones, mientras que el año anterior fue de 8. No sólo los ingresos, sino también la reducción de costes entre personal y amortizaciones.

En cuanto a la asistencia al estadio el mérito es sin duda de José, los fanáticos lo aman. Lo consideran uno de los suyos. En casa o fuera el guión es siempre el mismo: la Roma de Mourinho está rodeada del cariño de su afición. Dybala y Lukaku son las estrellas, pero Mourinho tiene algo más. Algo indefinible. El rival podría ser Empoli o Napoli: nada cambia.

Lo que pasó la semana pasada es la prueba de fuego: en el estadio Mapei, tras la remontada de Kristensen, había 5.000 aficionados de la Roma celebrando, tanto que parecía que estábamos cerca del Ponte Milvio. Además. En Ginebra, para el Servette-Roma, más de 1.500 aficionados llegaron al estadio. Cifras importantes que demuestran las ganas de apoyar a Dybala y a sus compañeros sin importar el clima, la competición y los días de la semana.

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