En una Roma llena de dudas que hasta el momento desconoce el presupuesto disponible para el mercado de fichajes, el del delantero centro es el tema principal, escribe Stefano Carina en Il Messaggero. De una plantilla que el año pasado en el once inicial contaba con cuatro (Lukaku, Belotti, Azmoun y el lesionado Abraham, que luego regresó en marzo), hoy De Rossi se encuentra con la mitad de ellos.
Lukaku ya se ha despedido (no participará en el amistoso de Australia), Azmoun también esta de salida (la cesión vence a finales de junio). Belotti volverá a la base pero la intención es buscarle un nuevo club. Sólo queda Abraham, pero no habría seguridad de que siga. Tammy representa el quid del mercado de los Giallorossi. Más que Dybala, más que cualquier otro integrante de la plantilla. Porque puede ser el delantero centro del futuro o el elemento a sacrificar para recaudar caja y alimentar los recursos de los que dispone el club. Dos escenarios que dependerán exclusivamente del atractivo que tendrá el inglés en el mercado.
Traducido: de las ofertas que recibirá. Con el salario que trae consigo (4,5 millones más bonus) y un contrato que expira en 2026, la única salida parece ser la Premier League. El ex Pinto podría hacer pensar a su Bournemouth, en el Chelsea también con el nuevo equipo de Maresca, pero no en las cifras que la Roma hace un año (antes de la rotura de ligamentos) pensaba que ganaría (40 millones). En esta sesión no estará la espada de Damocles de tener que hacer 30 millones de plusvalías a toda costa antes del 30 de junio (la mitad podría ser suficiente) ni el hacha del balance de transferencias (cerrar el equilibrio entre compras y ventas en el negro) pero la Roma todavía quiere permanecer dentro de los parámetros dictados por la UEFA.
