Será una partida de ajedrez. José Mourinho ha hipotetizado todas las estrategias para encontrar la jugada ganadora en el derby y no se pueden descartar sorpresas de última hora. Prefirió no hablar la víspera del partido, lo que era predecible teniendo en cuenta que su última rueda de prensa fue después del Slavia Praga (jueves).
No quiere darle ninguna pista a Sarri. Por eso – escribe Gianluca Lengua en ‘Il Messaggero‘ – ayer en Trigoria hubo un entrenamiento ultrasecreto, mientras que por la tarde hubo una larga lección en la sala de vídeo sobre cómo contener a los biancocelesti y golpearlos. El ‘Special One’ quiere ganar el derby no sólo por una cuestión de clasificación y de supremacía de la ciudad, sino también porque algunos resultados (y algunas actuaciones) no convencen a los niveles superiores. Y luego saldrán al campo los que están mejor, los que creen en la causa y podrán dar algo más en los 90 minutos.
Si se hubiera recuperado unos días antes, Pellegrini seguramente habría conseguido un puesto titular. Pero sólo está previsto para él el banquillo. El eje de la estrategia de José será la construcción de la defensa y el mediocampo, departamentos en los que Mancini, Ndicka, Cristante y Paredes son los únicos seguros de disputar el derby. Llorente, Bove, Aouar y Renato Sanches están en duda. Este último era candidato a un puesto de centrocampista en el 3-5-2, pero su condición atlética no convence, por lo que fue superado en las jerarquías por Bove.
El otro mediocampista debería ser Cristante, a menos que lo trasladen a la defensa. Llorente no se encuentra en las mejores condiciones físicas, esta mañana se realizará una prueba física y si los resultados son satisfactorios entonces jugará en el centro de la defensa. La otra duda está en la banda izquierda, Zalewski y Spinazzola pelean por un lugar. A la derecha, sin embargo, estará Karsdorp. Los únicos atacantes serán Dybala y Lukaku. Mourinho lo apuesta todo a su deseo de redención.