Lo peor ya pasó. Ebrima Darboe ha vuelto a correr desde hace tres días después de la terrible lesión en la rodilla sufrida durante los entrenamientos de verano. Darboe también tiene otro motivo para sonreír: su hermano pequeño Balagie (nacido en 2008) debutó el pasado fin de semana con la camiseta de la Roma, en la categoría Sub 15. Un cuento de hadas dentro de un cuento de hadas. La historia de Ebrima, al fin y al cabo, ha dado la vuelta al mundo según cuenta Corriere dello Sport.
Como migrante aterrizó en Sicilia procedente de África, pasando por Libia. Una odisea. Estaba solo y era menor de edad. Sin sus padres, porque no tenía padre. Luego fue incluido en el proyecto de sistema de protección para solicitantes de asilo y destinado a una casa familiar en Rieti.
El fútbol y la Roma le han dado una vida diferente, también y sobre todo gracias a la intervención de la familia Peruzzi que está realizando el trámite de adopción. A pesar del dinero y algo de fama, Darboe nunca ha olvidado sus orígenes y su familia natural, de hecho, tan pronto como fue posible, su madre Jainaba y el pequeño Balagie (14 años) se unieron a él en Roma. Viven juntos desde marzo.