El club nerazzurri aceleró las operaciones en la mañana para llevar al bosnio a la Pinetina para llenar así parte del vacío dejado por Lukaku (el resto será hasta uno entre Zapata y Correa). El acuerdo con Dzeko está hecho. El agente Alessandro Lucci estuvo en Milán el viernes por la noche para hacer su pedido: dos años por valor de 6 millones por temporada. El Inter lo pensó unas horas y luego respondió que sí bajando ligeramente la parte fija (5,5 o algo menos) más las bonificaciones individuales y de equipo. Menos de lo que recibe en la Roma (7,5) pero con un año más de contrato y la posibilidad de volver a jugar la Champions League, quizás por última vez.
Esto bastó para convencerle de vivir una aventura en la ciudad en la que pudo jugar primero hace algunos años vistiendo la camiseta del Milan (cuando estaba en el Wolfsburgo y en cambio voló al City) y luego la del Inter el pasado mes de enero cuando el intercambio con Alexis Sánchez estaba casi cerrado. Los Friedkins le habían hecho una promesa: que lo liberarían si llegaba una oferta, de un club de su agrado y que le ofreciera dos años de contrato. La Roma quiere mantener su promesa, pero dos semanas antes del final del mercado de fichajes, primero quieren encontrar un reemplazo. Y sobre todo no perder a Edin a coste cero.
El Inter ha planteado la idea de pagar una pequeña indemnización de alrededor de 2 millones para no causar pérdidas. A la Roma le gustaría conseguir al menos el doble. Pero todo apunta a que esta vez la salida de Dzeko terminará de buena manera. Mourinho no querría perder al líder de su ataque y a estas alturas quiere una alternativa de nivel. De Icardi (cedido) a Belotti pasando por Scamacca. Pero cuidado con las sorpresas, en todos los sentidos.