Edin Dzeko a todas luces es el delantero centro del Inter para iniciar la era post Lukaku, pero hoy en Monza no podrá podrá salir al campo en amistoso ante el Dynamo Kiev: paradojas del mercado en tiempos de crisis según cuenta La Gazzetta dello Sport.
El bosnio es el heredero designado de Lukaku, pero está atrapado en su antigua vida, una circunstancia que no lo hace feliz a él ni a su nuevo club. Hay un pago atrasado que aún baila entre el jugador y la Roma, creando un inesperado y molesto estancamiento. En detalle, Edin todavía tiene pagos por cobrar del mes de julio, menos de 400 mil euros, y no tiene intención de renunciar a ellos: una cuestión de principios, dado que el mes pasado era empleado de Giallorossi.
Por otro lado, el club de la Capital Italiana siente que ya ha hecho un gran gesto al liberar a su antiguo delantero, que aún le quedaba un año de contrato, prácticamente a coste cero en virtud de una vieja promesa entre caballeros: Dzeko tenía garantizado el derecho a pactar con otro club que le ofrecería una estancia de dos años. La palabra también fue honrada gracias a la intervención de José Mourinho.