Fue una víspera de derby diferente a las demás, esta vez Paulo Dybala, además de sentir la clásica adrenalina del gran desafío, sintió aún más ese sentido de responsabilidad que acompaña al líder en los momentos calientes de la temporada.
Por eso, durante los entrenamientos, durante los descansos, durante la reunión técnica, intentó dar consejos y sugerencias a sus compañeros, especialmente a aquellos que nunca habían jugado el derby pero, sobre todo, lo habían vivido. Porque más allá de los noventa minutos hay mucho más, hay un ambiente que puede hacerte perder la cabeza, para bien o para mal, pero también encaminar el partido y ofrecer emociones únicas cuenta Corriere dello Sport.
Este domingo Paulo quiere tirar de la Roma, quiere guiarla junto con los demás líderes del grupo y arrastrarla hacia una victoria que además de los tres (importantes) puntos daría al grupo y a la afición una inyección decisiva de confianza para cambiar la temporada. Por eso, al final del entrenamiento el argentino lo intentó todo, desde tiros libres hasta penales, percibiendo positivamente las sensaciones de su cuerpo y cargándose al máximo para salir al campo en su mejor forma, como un resorte listo para saltar.
No llevará el brazalete de capitán, pero para los aficionados y compañeros es como si él también lo tuviera junto con el otro líder Mancini. Paulo quiere incidir en el partido y para ello quiere buscar su primer gol en el derby, último paso para entrar en el Olimpo de los grandes jugadores que han vestido la camiseta de los Giallorossi.
