No podía esperar para saltar al campo y jugar este partido, y tal vez Paulo Dybala dejó que sus emociones lo traicionaran. Y el problema del aductor derecho que mantiene ansiosa a toda Roma. La mimada Joya que no había podido jugar el primer partido del campeonato ante el Salernitana por sanción, y esperaba el partido de Bentegodi para relanzarse y finalmente saltar al campo en un partido oficial en su segunda temporada en la Roma. Ciertamente no esperaba un partido así, tanto por el resultado como por su desempeño general cuenta Jacopo Aliprandi en el Corriere dello Sport.
Un resultado amargo para Paulo, que intentó por todos los medios tirar del equipo, pero que tampoco estuvo brillante en sus elecciones y ocasiones de gol. Además de una tarjeta amarilla al inicio del partido que probablemente fue señal de un mal momento para el argentino. Amarilla por simulación, quizás, porque las imágenes no son claras y podría haberse un tropiezo al chocarse con su propio talón. Sería la primera tarjeta de este tipo para un chico que siempre ha sido justo en el campo. Sus jugadas han sido intermitentes, al igual que las ocasiones de la Roma.
El viernes llega el Milan, a partir de hoy el equipo empezará a preparar el partido. Con la respiración contenida. En apnea, a la espera de conocer las condiciones de Dybala, que también paró ayer tras 68 minutos por el problema sentido tras el golpe recibido por Dawidowicz. En realidad, Paulo había pedido un cambio unos minutos antes de sentir las molestias por cansancio pero también porque no se sentía en forma. La falta del polaco sólo agravo el momento no del argentino sobre el campo. Tras abandonar el campo, el personal médico le puso hielo en el aductor derecho.
¿Problema muscular o simple golpe? Sólo los controles de hoy podrán revelarlo, pero la preocupación de Mourinho y sus compañeros por el estado de Paulo permanece claramente. El partido ante los rossoneri está a la vuelta de la esquina, la Roma debe jugar el gran partido contra los rossoneri con los mejores jugadores para no perder la sed. Segundo partido consecutivo y se queda con un solo punto en la clasificación. Crucemos los dedos por Mourinho y la afición.
