El mensaje de texto de Leo, cuyo apellido es Paredes, lo hizo sonreír: de repente, después de haber perdido a su compañero favorito Matic, quien ayer saludó con un dulce mensaje a través de las redes sociales, Paulo Dybala abraza a un amigo con quien compartió la alegría de convertirse en campeón mundial en Qatar, hace apenas unos meses.
Los dos solían estar juntos en Doha, en el jardín de la universidad, entre asado y mate. Se aprecian. Y se entenderán de inmediato, dentro y fuera del campo. En Trigoria dicen que Paulino dio los primeros pasos para doblar las chances de Argentina en el vestuario aunque tal vez ni siquiera hacía falta. Cuando supo que la Roma (re) lo quería, Paredes dio un mandato a sus agentes para cerrar asegura Corriere dello Sport.
Dybala estaría aún más feliz si pudiera convencer a los Friedkins para que también ficharan a Álvaro Morata. Pero esto corre el riesgo de ser la sugerencia perdida del mercado de la Roma. Nada se puede dar por hecho pero la cantidad que pide el Atlético de Madrid para dejarlo en libertad y el salario de más de 5 millones netos por temporada durante 4 años desanimó.
Así, el viaje de Dybala, que pasó el fin de semana en casa de su amigo en España, probablemente será recordado como un viaje de placer. Con todo el respeto a Mourinho que en este extraño verano había pedido un jugador de la propiedad, Morata en realidad, y no quedó satisfecho «porque no podía ser contratado por los costes, eso me dijeron«.
