A partir de mañana empezamos a ponernos serios. Y Claudio Ranieri tendrá que empezar a abordar los casos más espinosos de su Roma. El primero, el más importante, Dybala: «Le dije al presidente Friedkin que yo decido si juega o no«. La elección de alinearlo o no desde el primer minuto será sólo una cuestión físico-técnica. Ranieri tendrá que gestionarlo. Ya mañana, cuando se reanuden los entrenamientos, el argentino continuará con su programa personalizado.
E incluso el entrenador del Testaccino – subraya Marco Juric en ‘La Repubblica’ – tendrá que convivir con las sensaciones, dolores y temores de ‘La Joya’ por sus músculos. Pero el tema de la renovación sigue de actualidad, al menos para las arcas del club. Dybala está aproximadamente a medio camino de alcanzar el objetivo estacional de 15 apariciones necesarias para la renovación automática del contrato hasta 2026.
El contrato firmado en el verano de 2021 es claro: si el argentino juega al menos el 50 por ciento de los partidos (al menos de 45 minutos o como titular) durante sus tres años con los Giallorossi, el contrato se ampliará automáticamente por un año más. Y haciendo cuentas, quedan un puñado de juegos para cerrar el círculo. En su primera temporada, Dybala disputó 33 partidos de un total de 55 partidos disputados por la Roma.
El año pasado el campeón del mundo se quedó en 31 de 54 en total. En el bienio disputo 64 partidos, lo que equivale al 58,7 por ciento. Este año los Giallorossi, si se logran todos los objetivos, jugarán un máximo de 60 partidos. Dybala sólo necesitará salir al campo como titular al menos 15 veces para activar una cláusula de unos 16 millones de euros brutos. Números que a partir de junio también interesarán al técnico Claudio Ranieri.