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Desde Trigoria garantizan que Enzo Le Fée ya ha superado totalmente su lesión y ante Inter pudiera cerrarse su vuelta al campo

Verlo siempre entrenar con esa rodillera elástica en la rodilla derecha me generó muchas dudas e incluso demasiados escalofríos, escribe Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport. Y en cambio llegan continuas garantías desde Trigoria. Él, que fue el primer fichaje del verano de los Giallorossi, Le Fée se ha revelado hasta ahora como una especie de objeto misterioso.

Algo había demostrado durante la pretemporada, donde también había marcado en un par de circunstancias. Luego la oscuridad, porque se utilizó en los dos primeros partidos del campeonato, pero sin dejar rastro: 61 minutos en el decepcionante empate 0-0 en Cagliari y 28 contra el Empoli. Y fue ante los toscanos que se lastimó dando patadas, sufriendo un esguince del ligamento colateral derecho. Si juega el próximo domingo contra el Inter habrá puesto fin a un periodo de casi dos meses de ausencia.

Por eso también Le Fée tiene tantas ganas de retomar el rumbo inmediatamente: quiere demostrar que los 23 millones gastados por la Roma para llevarlo a la capital italiana no fueron una mala inversión. Y luego, contra el Inter, debería ser su turno, quizás junto a Koné, en un centro del campo exclusivamente francés.


Se lesionó en el peor momento. Para él, para De Rossi y para la Roma. Era el 25 de agosto y el KO de Le Fée debió representar un problema menor, hasta tal punto que inicialmente había circulado la hipótesis de recuperarlo después del partido contra la Juventus, es decir después del primer parón por los compromisos con las selecciones, escribe Stefano Carina en Il Messaggero.

Calendario en mano, para mediados de septiembre (Genoa). En realidad la lesión del francés era grave. Pero entre el cortocircuito creado con la despedida de Daniele, la llegada de Juric, la dimisión de Souloukou y el foro de Ghisolfi en Trigoria, las huellas del pequeño Enzo se perdieron y comenzaron a circular las reconstrucciones más curiosas e imaginativas. Luego, de repente, con apenas un par de entrenamientos grupales ante el Elfsborg, reapareció en la lista de los convocados a Monza tras un auténtico calvario. Sí, porque lo que el técnico francés informó de que «nunca ha tenido lesiones graves en su carrera» seguramente será cierto. La mala suerte hizo entonces que, sorteando el parón de 47 días (y 9 partidos perdidos) de hace un año en Rennes, llegara el primero a Roma: lesión en la colateral lateral con edema óseo.

Un problema que significa que los tiempos de recuperación pueden tardar hasta 45 días en recuperarse. El personal médico de la Roma lo recuperó en poco menos de un mes. Luego hubo tiempo para volver a entrenarlo, compensar una ligera distensión muscular, evitar el viaje a Suecia debido al césped sintético y Le Fée volvió a estar disponible para el partido de Monza. Una convocatoria que ahora hay que transformar en una vuelta al campo. Estable y duradera.

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