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Desde Trigoria cuentan que Lina Souloukou y los Friedkins nunca habían estado tan distantes; todo el tras fondo de la dimisión de la directiva griega

La dimisión de Lina Souloukou ha sacudido el entorno giallorossi y no se debe sólo a las vergonzosas amenazas recibidas en los últimos días, cuenta este lunes el diario Il Messaggero. Sus acciones habían sido objeto de escrutinio por parte de los Friedkins. A los propietarios americanos no les gustó tanto la gestión del caso Dybala así como la de Zalewski.

Además, la relación entre el ex CEO y el equipo no fue la mejor. Tras el empate ante el Genoa, la directiva griega llamó a una representación del equipo, excluyendo sorprendentemente a Pellegrini, Mancini, Paredes y Dybala para preguntar por el mal momento. Según Souloukou, el equipo era demasiado amigo del entrenador y esto podría crear anarquía en las relaciones en el futuro. La relación entre ella y De Rossi nunca despegó debido a unas desavenencias que tuvieron en verano por el mercado de fichajes.

Es posible, incluso probable, que la señora Souloukou no estuviera convencida del contrato de tres años concedido a De Rossi tras finalizar la temporada pasada, que empezó muy bien y acabó mal cuenta el Corriere della Sera. DDR había sido contratado como interino, hasta el punto de que su contrato expiraba en junio, con opción de renovación sólo en caso de conquistar la zona de la Liga de Campeones. No fue así, pero el entusiasmo que De Rossi había aportado al equipo y la afición convenció a los propietarios para que le dejaran firmar un contrato muy largo y bien remunerado (3 millones netos por temporada). El favorito de Lina habría sido Raffaele Palladino, ahora en la Fiorentina, quizás con Modesto como director deportivo para recrear un grupo de trabajo probado en Monza (y Modesto también en el Olympiacos).

En Trigoria cuentan que Lina Souloukou y los Friedkins nunca habían estado tan distantes escribe Marco Juric en el diario La Reppublica. Una distancia que se ha volvió plástica en los últimos días, cuando la propiedad aterrizó en Roma. El informe detallado de Eric Williamson (mano derecha del presidente) y las conversaciones con los lideres en el vestuario mostraron a los Friedkins una realidad muy diferente de la historia relatada a la presidencia en los últimos meses por Lina Souloukou. Desde la gestión del mercado de fichajes hasta el tema Dybala, pasando por la destitución de De Rossi. Una triangulación que llevó a los propietarios a elegir un culpable. Los Friedkins han demostrado que viven sobre todo del consenso popular desde que están en Roma. La disensión no es bienvenida. Mucho menos una protesta como la de ayer en el Olímpico. De ahí la resolución.

La decisión muy clara de los propietarios habría empujado a Lina Souloukou a planificar el futuro. Mejor irse con dimisión que con un despido. Hay un pasaje clave en el comunicado: los Friedkins hablan de una «atención constante a los valores que hacen que nuestro equipo sea tan especial». Traducción: aquí cuentan las banderas, las raíces y la afición. Todo lo que el CEO tenía en su contra. Y para una propiedad muy activa en la eliminación de los «culpables», señalar a Lina Souloukou como responsable fue casi una consecuencia.

Quedan dudas que se refieren especialmente a los últimos días pasados ​​en Trigoria. ¿Por qué despedir a De Rossi? Fue precisamente su despido lo que desató la protesta. Una elección respaldada por los propios Friedkin hace nada menos que cinco días. ¿No imaginaron que esto produciría un terremoto de consenso? ¿Por qué apoyar la elección de una dirección y luego acompañarla cuando se vaya? Algo salió mal en la gestión “remota”.

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