Sólo falta el anuncio, pero dentro de poco el grupo Friedkin será propietario del Everton, desembolsando 650 millones de euros. El club inglés, actualmente propiedad de Farhad Moshiri, cambiará de dueño al haber acumulado casi 400 millones de deuda que serán cubiertas por el grupo texano.
Friedkin, tras recibir luz verde de la Premier League, poseerá el 94% de las acciones e iniciará una reestructuración de la empresa con nuevos directivos y apuntando a nuevos objetivos. En definitiva, un proceso que recuerda al de 2020 cuando Pallotta vendió la Roma al multimillonario de Houston asegura este domingo el diario Il Messagero.
El temor de los aficionados, sin embargo, es que toda la atención del presidente se centre en la Premier League. Ciertamente, ordenar las cuentas y encontrar un nuevo equilibrio le obligará a dedicar mucha energía al proyecto inglés, pero eso no significa que la Roma quedará de lado.
De hecho, es seguro que en el futuro surgirán nuevas sinergias que sólo pueden beneficiar a ambas empresas. Algo parecido ya ocurre desde hace unos años en Alemania entre Leipzig y Salzburgo, ambos propiedad de Red Bull. Además, la Roma seguirá siendo el buque insignia de la galaxia futbolística del grupo Friedkin, que incluye Cannes además de los Giallorossi.
Es cierto que la Premier League es una liga mucho más rica que la italiana y dentro de un par de años se inaugurará el nuevo estadio del Everton situado en el muelle de Bramley-Moore, pero el nombre de Roma tiene un peso específico mucho más significativo que muchos otras empresas repartidas por Europa y el mundo. La construcción de un estadio en la capital italiana puede tener un enorme impacto en las cuentas del grupo, por lo que el proceso sigue avanzando.
Los Friedkins, asegura por su parte Corriere dello Sport, están dispuestos a poner sobre la mesa 650 millones para comprar el Everton, de los cuales 400 sólo para saldar deudas, no tienen intención de dejar de lado a la Roma. ¿Es prestigiosa la Premier League? Sí. Pero también lo es un club que lleva el nombre de la capital italiana. Por eso el presidente estuvo en la ciudad hace unos días y por eso, junto con la directora general Souloukou, está intentando solucionar toda una serie de situaciones previas que impiden la total sostenibilidad financiera del club.
Por un lado está el proyecto técnico, por otro el económico y comercial. No más residuos, en todos los sectores. Esto no significa que los Friedkins ya no inviertan en el club, sino que invertirán mejor. Y eso marca la diferencia en el mundo con las personas adecuadas en los roles adecuados.
Luego está el idioma inglés. Dan Friedkin y su grupo, si todo va como parece seguro, deberían controlar el 94% de las acciones de Farhad Moshiri y la decisión del magnate americano se espera en unas horas, como máximo en los primeros días de la próxima semana. Cualquier acuerdo deberá entonces estar sujeto a la aprobación de la Premier League y, de ser positivo (considerando la liquidez del grupo una formalidad), colocaría a los Friedkins en el centro de una galaxia de clubes repartidos en tres países: Inglaterra, Italia y Francia, con el Cannes.