Caminos que se cruzan entre EE.UU. y Roma con un futuro aún por escribir. La Roma afronta la fecha FIFA con un ambiente ciertamente diferente al de las últimas paradas. El aliento fresco que aporta De Rossi en términos de resultados (22 puntos en 9 partidos, frente a los 29 de Mourinho en 20 partidos), pero sobre todo en términos de unidad y ganas de sorprender. Se juega con una sonrisa y ganas partidos, intentando remontar la liga y avanzar en Europa escribe Lorenzo Pes en el diario Il Tempo.
Todo lo que el ojo siempre atento de los Friedkins percibe. La valiente decisión de cambiar en enero confiando en un entrenador «verde» como De Rossi está dando sus frutos y, tras las críticas iniciales, los dueños del conjunto Giallorossi está reuniendo el entusiasmo de la plaza y una nueva serenidad en Trigoria, al menos desde el punto de vista de ver deportivo. La llegada del presidente a la capital para el partido contra el Sassuolo, el último antes del parón, sólo puede ser una señal. La última vez que se le vio por la capital italiana se debió precisamente al cambio en el banquillo entre Mourinho, despedido en la madrugada del 16 de enero, y De Rossi, acompañado en el autobús con todo el equipo en su primera vez como entrenador con el Verona en el Olímpico.
Pero esta vez el frente a trabajar es al menos doble, porque a la situación del entrenador, cuyo contrato expira en nueve partidos de Serie A, se suma a la de un puesto fundamental como el de director deportivo (o responsable del área deportivo que ocupaba Tiago Pinto) que permanece vacante. No se espera ninguna decisión en estos días, salvo giros sensacionales en el futuro de De Rossi, aunque todos los caminos conduzcan a continuar juntos.
El ex capitán está convenciendo a la familia norteamericana. Perfil bajo, temas puramente futbolísticos, comportamiento respetuoso con árbitros y rivales y un equipo que valora a todos sus jugadores. Todo, o casi todo, lo solicitado por los americanos contra el anterior entrenador. Y si es cierto que en los grandes partidos jugados hasta ahora todavía estamos luchando (empate con la Fiorentina y derrota con el Inter), quedan muchos más por jugar (el doble partido contra el Milan en Europa, los partidos fuera de casa en Bérgamo y Nápoles, los partidos en casa contra la Juve y el Bologna y el derbi del 6 de abril). Los resultados seguramente tendrán repercusión, pero la satisfacción y las ganas de formar un entrenador en casa iniciando un nuevo proyecto junto a él entusiasman a los Friedkins. Quienes junto con esto también evalúan los costos (habrá que llegar a un nuevo acuerdo, pero las exigencias de la DDR probablemente no sean altas) y las alternativas poco convincentes en términos de grandes entrenadores.
Sin embargo, hay menos certezas en el frente de la directiva. Los propietarios, junto con la directora general Lina Souloukou, trabajan incesantemente desde principios de año en la nueva figura que deberá liderar el área deportiva del club, pero si inicialmente los tiempos parecían rápidos, ahora después de tres meses cualquier momento podría ser bueno para el anuncio. Modesto reúne muchas voces y cuenta con la aprobación de Souloukou. Pero cuidado con las cartas sorpresa.
