Para algunos podría ser un problema, para otros solo una solución. Lo cierto es que la Roma del próximo año seguirá girando en torno a Paulo Dybala, el jugador más talentoso de la plantilla giallorossi. Y, por lo tanto, tendremos que entender qué decidirá hacer con él Gian Piero Gasperini, quien será el nuevo entrenador de los giallorossi a partir de la próxima temporada y durante los próximos tres años. Para Dybala, con el nuevo rumbo, se perfila un rol como el de Papu Gómez, el de su última etapa en Bérgamo, que, tras la discusión que tuvo con Gasperini en aquel entonces, fue la palanca para romper repentinamente las defensas rivales, sobre la marcha.
Dybala está trabajando para recuperarse de la lesión: la esperanza es estar listo para la pretemporada, quizás no desde el principio, pero sobre la marcha. Pero, en cualquier caso, poder ponerse a disposición de Gasperini desde los primeros partidos de la temporada asegura este lunes Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport. Dybala no posee la fisicalidad ni el atletismo que Gasperini busca en sus jugadores, ni siquiera en los centrocampistas ofensivos, quienes a menudo deben dedicarse más a la fase defensiva. Pero tiene la calidad para resolver partidos y problemas, al igual que Papu Gómez, quien, comparado con Dybala, también corría mucho y con frecuencia.
Dybala, si está bien, es un recurso, no un problema, y cuando esté bien, lo más probable es que juegue como titular. Pero al principio será difícil verlo así y es fácil pensar que en la primera parte de la temporada será utilizado de forma intermitente, quizás durante el partido, en momentos en los que se necesite mayor calidad y creatividad. Si luego se recupera bien y asimila la carga de trabajo, el futuro también podría ser diferente y más intenso.