La bienvenida a Gasperini, el agradecimiento a Ranieri y una especie de manifiesto programático, una hoja de ruta que mira al futuro, sin olvidar el presente ni el pasado reciente. Los Friedkins rompen el silencio. Según cuentan Stefano Carina en Il Messaggero y Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport, deciden ir por una carta, posponiendo una vez más la fórmula más directa. Pero lo que importa, por una vez, más que la forma es el mensaje que llega. Dan y Ryan anuncian dos certezas largamente esperadas: el regreso del antiguo escudo histórico a las camisetas y la fecha en la que se celebrará el aniversario del club cada año.
Una doble noticia recibida con gran entusiasmo, especialmente por la afición y sobre todo por los integrantes de la Curva Sud. La Roma volverá a tener su escudo histórico (Pallotta decidió eliminar el acrónimo ASR bajo la loba capitolia, sustituyéndolo por la palabra Roma y la fecha de nacimiento del club) y la fecha del aniversario se hará oficial el 22 de julio y no el 7 de junio. Pero no acaba ahí: al relanzar el proyecto técnico con Gasperini, se pone de manifiesto una vez más el deseo de construir una nueva instalación y, sobre todo, el de no dar marcha atrás, incluso a pesar de la reciente adquisición del Everton, que había suscitado algunas dudas. En resumen, los Friedkins han decidido dar un paso importante, quizás también para intentar recuperar parte del consenso perdido en el camino.
Palabras importantes que, sin embargo, deberán ir seguidas de un proyecto técnico que devuelva a la Roma a la élite de los campeonatos italiano y europeo. Para que quede claro: la Champions League. ¿Punto de partida? No hay que andarse con rodeos: la renovación de Svilar. Presentarse ante Gasperini, lleno de entusiasmo y ganas de triunfar, perder al mejor portero de la Serie A no sería la mejor carta de presentación. Porque si bien es cierto que se necesitarán delanteros (al menos dos), centrales (dos) y laterales, al mismo tiempo es innegable que Mile, la temporada pasada, garantizó entre 8 y 10 puntos con sus paradas. Y si alguien tiene dudas, creo que exageran, que le pregunten a Rainieri. Nadie lo sabe mejor que él.