La Roma habría decidido dar marcha atrás en el frente del estadio. Según informes de MF-Milano Finanza, el nuevo presidente Giallorossi, Dan Friedkin, estaría dispuesto a modificar el proyecto del estadio, buscando una zona diferente sobre la que construir el inmueble propio, en comparación con Tor di Valle, donde se supone iba a nacer el nuevo estadio, zona establecida por el consejo de Virginia Raggi con el anterior propietario de la sociedad de la capital, James Pallotta.
Una decisión que llega a pesar de que el empresario checo Radovak Vitek, casi un año después del inicio de las negociaciones, está muy cerca de cerrar el trato con Unicredit, para la compra de las inmobiliarias que formaban parte de la galaxia de Luca Parnasi. El acuerdo se definirá por un valor total de poco menos de 300 millones. El perímetro de la transacción incluye las empresas Parsitalia, Capital Dev y Eurnova.
El área de Tor di Valle dedicada al nuevo estadio (140.000 metros cuadrados además de la superficie de la instalación deportiva) se enmarca dentro del perímetro de las tres empresas del Parnasi que se completaron en trámite. Para el multimillonario de la República Checa, realmente importa poco si el estadio se construirá o no, porque de lo contrario su proyecto implica la construcción de una zona residencial que aprovecharía los permisos existentes.
De confirmarse, la decisión del nuevo presidente de Giallorossi representaría un claro retroceso que sin duda extenderá los plazos para la apertura de la obra: un nuevo proceso de autorización duraría años. Pero obviamente Friedkin quiere cerrar definitivamente las cuentas con la pasada gestión de Pallotta y darle una fisonomía diferente a la gestión del club Giallorossi.
