El impulso al mercado de fichajes de la Roma lo dio Dan Friedkin, que hizo posible cerrar dos transacciones complejas y asegurar dos jugadores importantes también en el futuro para el club Giallorossi, precisamente en el día en que se cumplía exactamente un mes desde se convirtió en propietario del club capitalino.
En las últimas semanas la afición de la Roma había quedado perpleja por cierta inmovilidad, pero en las últimas horas Friedkin ha demostrado que quiere ser serio. Nada más llegar, el nuevo presidente trató de estudiar, de comprender, para no equivocarse. Cuando surgió la oportunidad, venció a la competencia de Lazio por Kumbulla, una operación que generó entusiasmo entre la afición. El segundo regalo fue Milik, el delantero que tendrá la tarea de sustituir a Dzeko y liderar el ataque de Giallorossi. El polaco ya ha hablado con Fonseca, sabe lo que espera el técnico de él. Juega el papel de delantero centro de una manera diferente a Dzeko, juega mucho dentro del área y presume de una media de gol envidiable. Pero Friedkin pide algo de tiempo, paciencia. Porque el mercado de la Roma no acaba aquí. Su sueño es cerrar el fichaje de un gran campeón y presentarlo ante el pueblo Giallorossi. Pero su identidad es ultrasecreta.
