La amistad y la estima son a menudo una fuente de comparación e inspiración. Y así, cuando Dan Friedkin decidió invertir en el fútbol italiano, llamó de inmediato a su colega y compatriota Paul Singer, propietario del fondo Elliott y, por tanto, del Milan, para pedirle consejos e indicaciones según cuenta Corriere dello Sport.
El partido de San Siro fue una oportunidad para reavivar las relaciones entre los dos propietarios estadounidenses, quienes, entre otras cosas, comparten el interés en las próximas elecciones para la presidencia de Estados Unidos. Según el ranking financiero de la revista Forbes, Friedkin es más rico que Elliott Singer: la diferencia de activos se estima en unos 500 millones de dólares. Pero Singer posee un fondo de cobertura, una compañía similar a la de Pallotta, mientras que Friedkin es un emprendedor completo, porque construye proyectos a mediano y largo plazo.
Sin embargo, el nuevo dueño de la Roma aprecia el método de Elliott para organizar el AC Milan. Excluyendo el estancamiento en el propio estadio, que para ambos clubes representa un signo de interrogación. Ambos han heredado una situación poco gratificante desde el punto de vista económico, lejos de los ingresos de la Champions League. Y ambos han aceptado el riesgo empresarial, conscientes de poder recuperar las glorias tradicionales de sus respectivos clubes.
