Bruno Conti concedió una entrevista al Corriere della Sera. El responsable de la cantera y ex campeón de Giallorossi habló de su carrera pero también de Daniele De Rossi. Estas son sus palabras:
Debutaste en Serie A a los 19, hace 50 años. ¿Estaba ya listo o Lidholm la arrojó a la arena?
“No me sentía preparado, pero el barón me dijo en el último momento que ese era el secreto”.
La Roma sigue siendo parte de su vida, un caso único.
“Sobre todo cuando pienso que he hecho realidad el sueño de mi padre, que era aficionado de la Roma y crió a siete hijos. Jugué, entrené a los chicos, al primer equipo, fui director técnico y del sector juvenil: cuando podía ayudar nunca me contenía”.
Si hoy tienes que explicarle a un niño qué es el profesionalismo, ¿qué palabras usas?
“El problema es explicárselo a los padres. Crecimos en las calles, pensando sólo en divertirnos. Hoy en día, si se selecciona a un niño de 11 años, se produce una exasperación increíble. Sólo pensamos en el resultado, en discutir y dominar a los demás, en lugar de dejar algunas cosas claras, pero con claridad».
¿Cual?
“La importancia de la escuela, ante todo. Entonces el fútbol y el deporte deberían vivirse como entretenimiento. Si alguien es bueno, llega allí. Fallé varias audiciones, pero no me molestó y al día siguiente estaba jugando con amigos».
Si la Roma es el amor de su vida, ¿cuál era la selección nacional?
“La primera convocatoria para el partido ante Luxemburgo fue un sueño y nunca abandoné las convocatorias desde la segunda llamada para enfrentar a Dinamarca: ganar el Mundial todavía hoy significa recibir cartas de Japón, China y Croacia. Significa dejar una huella en las personas.»
Usted fue campeón del mundo, pero falló un penalti clave en la final de la Copa de Europa, también en Roma: ¿un campeón recuerda más los momentos felices o los malos?
“Ningún italiano ha ganado el Mundial, el Scudetto o la Copa de Campeones en tres años consecutivos y yo estuve muy cerca. Pero el deporte se compone de alegrías y dolores: los llevas contigo, tienes que aceptar las derrotas y reaccionar, porque el fútbol de todos modos es bonito».
¿Qué ha cambiado con De Rossi como entrenador?
“Para mí, Daniele siempre ha sido un entrenador en el campo, por su inteligencia táctica y por las decisiones que tomó: cuando vi a Ancelotti en el campo tuve la misma sensación. Luego es un gran hombre, nunca banal: se hizo cargo del equipo en un momento delicado y está demostrando ser un verdadero entrenador, preparado en todo. Estoy muy feliz por él».
¿Hay algún chico de la cantera de la Roma por el que no hubieras apostado y que, en cambio, llegó a lo más alto?
“Politano era considerado como yo, demasiado frágil. Nadie creyó en él pero llegó a donde llegó. Pero el que me dio más satisfacciones de todas fue el propio De Rossi: lo fichamos como delantero, luego lo trasladaron al centro del campo y se hizo grande. Por eso también es especial verlo hoy en el banquillo de la Roma».