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Conte da vida extra a la Roma

Las líneas telefónicas de los hospitales de Roma han vuelto a colapsar. Un partido de infarto en la capital italiana que ha centrado las miradas del planeta fútbol.

Roma e Inter vuelven a empatar una vez más. La sexta vez consecutiva que esto ocurre en competición liguera. Un resultado que se lleva repitiendo desde la temporada 2017-18, y que no deja satisfecho a nadie.

Mkhitaryan, siempre protagonista

En un Estadio Olímpico asediado por una intensa lluvia, y tras un inicio de partido donde ambos equipos no pasaban del tanteo, la Roma encontró oro al poco de iniciar el encuentro. Al minuto 17 de partido, una jugada vertical , que se canalizó por medio de Henrikh Mkhitaryan, como está siendo habitual durante este último año, daría la primera alegría al partido a los hombres de Paulo Fonseca.

El armenio, de espaldas a portería,  encontró sin marca alguna a Lorenzo Pellegrini, que con un derechazo seco desde el borde del área, logró batir a Samir Handanovič. Un tanto que iba a marcar el devenir del partido, y que a su vez, iba a dejar ver las flaquezas de un equipo relativamente débil ante los grandes compromisos.

Tras el tanto del centrocampista italiano, el equipo de Paulo Fonseca iba a bajar la guardia, al igual que ha ocurrido previamente en los enfrentamientos ante el “Top 6” del Calcio. Cuando el equipo del equipo luso logra una ventaja en el marcador en los grandes enfrentamientos, el rendimiento del equipo disminuye considerablemente. Véase en el duelo contra el Atalanta, donde tras ponerse por delante al poco de iniciar el encuentro, el equipo concedió cuatro goles en la recta final del partido.

El equipo capitalino supo resistir a los embates de los hombres de Antonio Conte, logrando irse por delante al descanso. Una pausa necesaria para los locales, que veían como Romelu Lukaku y Lautaro Martinez estaban siendo un arma letal en las batallas aéreas.

Volvieron los fantasmas de Bergamo

Es precisamente por los altos vueltos, por donde llegó el gol del empate neroazzurro. Al minuto 56, un remate perfecto de Milan Škriniar, tras un saque de esquina botado por Marcelo Brozović, puso la igualada en el marcador. El resultado reflejaba lo que se estaba viendo en el terreno de juego. Un partido igualado, donde hubo ocasiones para ambos bandos. 

No iba a durar mucho el empate. En la siguiente jugada del partido, una absoluta genialidad de Achraf Hakimi, a pase de Marcelo Brozović, iba a enmudecer a la ciudad eterna. Un disparo a la escuadra que avivaba los fantasmas de Bergamo. El equipo de Fonseca volvía a dejarse remontar en un duelo que parecía estar abocado al desastre.

Conte da vida extra a la Roma

En ocasiones son los propios entrenadores quienes deciden los partidos, y este fue un claro ejemplo de ello. Al minuto 82, Conte sacó del césped a Hakimi, Lautaro y Arturo Vidal, tres de los hombres más importantes en el sistema del equipo. Unos cambios que echaron por la borda el trabajo de sus jugadores, por suerte para los intereses de la Roma.

Los visitantes se echaron atrás, limitándose a defender frente a una “loba” hambrienta de gol. Un asedio giallorossi, que acabaría dando su fruto. El electrónico marcaba el minuto 86, cuando el sentido del tiempo se congeló en el Olímpico. Gianluca Mancini remató un buen balón de Gonzalo Villar, para mandar el esférico al fondo de la lona, y poner el definitivo 2-2 en el marcador. 

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