Hay opciones que hacen menos ruido. Porque si las palabras de Ranieri sobre el próximo entrenador siguen siendo tema de conversación en la ciudad y más allá, otras han pasado desapercibidas y se convertirán en el faro de los últimos nueve partidos de liga: «El campo siempre me dirá quién está más preparado que otro, pero como ya no tenemos la Copa Italia ni Europa, jugarán los 16«. Esto significa – escribe este sabado en el Stefano Carina en Il Messaggero – que Claudio ha tomado sus decisiones.
Y la confirmación también viene del sketch que tuvo lugar en la posconferencia del jueves: «¿Quién juega? ¿Y quién quieres que juegue…«. Como si dijera que, claramente, jugarán los mejores, dependiendo de sus condiciones atléticas. Pero los 16 ahora son esos: los once que deberían ser titulares este sábado más sus alternativas que en el Lecce se llaman Paredes y Pisilli en el centro del campo, Baldanzi y Shomurodov en ataque. En defensa no está Celik, titular en la lógica de Claudio y por tanto es el turno de Hummels que sin embargo junto a EI Shaarawy corre el riesgo de deslizarse cada vez más hacia las jerarquias del entrenador romano.
Los que llevaban mucho tiempo al margen son los recién llegados al mercado de enero. Aparte de Rensch, en el que -dada la inversión realizada por el club- se puede trabajar pero que luego mostró todas sus limitaciones defensivas en la desastrosa noche en Bilbao, los diversos Gourna-Douath, Nelsson, Salah-Eddine, a los que fácilmente podemos añadir el sonriente Abdulhamid, difícilmente los volveremos a ver sobre el terreno de juego. En Lecce volvemos a empezar con lo mejor o casi. Porque Paredes, que regresa de dos partidos muy disputados con Argentina, empezará inicialmente en el banquillo. Abran paso a Cristante.
