Milan Skriniar y Marcelo Brozovic están llegando al final de su experiencia con los nerazzurri. Por lo tanto, es muy probable que el Inter 2023-24 se quede sin los dos viejos pilares sagrados, pero el problema es siempre el mismo en la sala de control: hay pocos euros para el mercado, escribe Filippo Conticelli en La Gazzetta dello Sport. Sin embargo, la confianza en encontrar reemplazos adecuados nunca ha abandonado a una empresa que se autofinancia desde hace algún tiempo. En esta situación particular, el Inter escudriña -mejor sería decir, está obligado a escudriñar- el mercado de jugadores que quedarán libres.
En esta revolución casi sin costo, Chris Smalling, un soldado inglés que tiene un futuro por definir en la Roma, está al frente. Habiendo llegado a 29 apariciones para los Giallorossi, tiene una opción para renovar hasta 2024 que puede activar de forma independiente.
Mientras tanto, sin embargo, su agente ha probado las aguas con el Inter y ha encontrado un terreno muy fértil: los nerazzurri estarían dispuestos a ofrecer un contrato de dos años, más un opcional a razón de 3,5 millones con bonificaciones que le pueden llevar hasta 4 por temporada. En definitiva, hay una posibilidad concreta de repetir la operación Mkhitaryan.
