Casi todo está listo para el inicio de la aventura de Gasperini en el banquillo de la Roma. Con una garantía fundamental de su parte: el vínculo con Ranieri. El ahora exentrenador acompañará al nuevo entrenador como asesor de Friedkin.
Una presencia que será decisiva para implementar todos los planes de trabajo que el técnico de 67 años tiene en mente. Ranieri ha desempeñado un papel decisivo para convencerlo de aceptar el puesto de los Giallorossi, explicándole el proyecto de la directiva con seriedad, honestidad y claridad (confirmado posteriormente por el encuentro cara a cara con Dan y Ryan Friedkin). Pero será igualmente crucial el apoyo que le ha brindado a Gasperini, quien pretende replicar en la capital los métodos de trabajo que ya ha visto en sus nueve años en Bérgamo cuenta este martes Filippo Biafora en el diario Il Tempo.
Uno de los secretos de la Atalanta ha sido su capacidad de volar sobre el terreno de juego, un efecto fruto de un entrenamiento intenso: los domingos se llega con fuerza si también se ha practicado durante los ejercicios semanales. Un concepto esencial para Gasperini, para quien los resultados y el estado general del grupo importan más que el nombre y el currículum de cada jugador. Es consciente de que la tarea que le espera es ciertamente difícil. Pero la plantilla de la Roma cuenta con un grupo importante y, con incorporaciones estratégicas —un carrilero derecho y un segundo delantero titular por la izquierda—, las cosas también pueden ir por buen camino en Trigoria.
Si no hubiera querido afrontar semejante reto, Gasperini se habría quedado en Bérgamo, con Atalanta ofreciéndole una renovación de contrato por cifras incluso superiores a las del contrato de tres años que le ofrecieron Ghisolfi y Ranieri. Sin embargo, el deseo, el entusiasmo y cierto cansancio mental tras nueve años de relación han prevalecido sobre el aspecto económico.
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