No se prevé una búsqueda desenfrenada de plusvalías, porque las cifras del presupuesto son claramente mejores que las de 2023. Pero el plazo del 30 de junio, en el que se presentará el informe del ejercicio económico, todavía obliga a la Roma a producir alrededor de diez millones de plusvalías. Y así, no queriendo sacrificar un titular, el nuevo timonel del área técnica Florent Ghisolfi podría privarse de uno de los dos chicos romanos de 2002 que crecieron en la cantera y llegaron al primer equipo: Zalewski o Bove, que De Rossi no lo considera indispensable cuenta Corriere dello Sport.
Zalewski viene de dos temporadas negativas a nivel de clubes, pero participó en el Mundial de Qatar y jugará (quizás como titular) la Eurocopa con Polonia. Habiendo crecido en Trigoria, podría ayudar a Lina Souloukou a respetar casi todos los límites impuestos por la UEFA según los acuerdos sobre el juego limpio financiero. Incluso Bove, por la misma razón, corre el riesgo de ser vendido en este momento.
La Roma no querría privarse de él -si tuvieran la opción, venderían a Zalewski-, pero están obligadas a tener en cuenta las preferencias de los clubes implicados. Durante la gestión de De Rossi perdió terreno en las jerarquías en el centro del campo. Ante por una oferta superior a los 10-12 millones, Ghisolfi está al menos dispuesto a negociar.