Comunicados y pequeñas señales. El camino hacia el optimismo, después de todo, es un mosaico que se construye día a día, mirando la vida cotidiana, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. No se puede ocultar, la víspera del partido entre Roma y Milan en el universo amarillo y rojo vive a la expectativa de disipar las dudas relacionadas con la presencia o ausencia de Paulo Dybala. Ayer por la mañana el argentino hizo fisioterapia en Trigoria, todos notaron que La Joya caminaba casi con normalidad y ha aumentado el optimismo.
Por la tarde, Paulo se sometió a una resonancia magnética que descartó lesiones de ligamentos, confirmando sólo el traumatismo por esguince en el tobillo, que, además, ni siquiera se inflamó mucho. Dybala, sin embargo, también tiene otro problema: la distensión en el aductor derecho que sufrió en el partido de ida ante el Feyenoord el pasado 13 de abril.
En resumen: los susurros que llegan desde el vestuario dicen que La Joya -salvo nuevos problemas- seguramente será convocado para el partido contra los rossoneri (también porque podría valer un poco la clasificación para la próxima Champions League) y en la prueba de el sábado por la mañana se decidirá si desplegarle en el once titular o, más probablemente, mantenerlo como un as a utilizar partido en curso.
