Asombro y perplejidad. Estas son las dos pautas que siguen a la decisión del designador Gianluca Rocchi de encomendar el delicado partido de mañana entre Inter y Roma al emergente colegiado Simone Sozza. No hay nada que reprochar a las cualidades del silbante de 34 años con un penalti fácil (48 pitados en 124 partidos arbitrados entre A, B, C y Coppa Italia) que es abogado de profesión y está considerado como uno de los más prometedores árbitros de la nueva generación.
Sin embargo, considerando el hecho de que Sozza nació en Milán y pertenece a la sección de Seregno, la elección de Rocchi no pudo evitar ser discutida. De hecho, la ciudad lombarda, aunque forma parte de la provincia de Monza y Brianza, se encuentra a poco más de 26 kilómetros de Milán si se pasa por la carretera estatal del lago de Como; algo menos de 29 kilómetros tomando la autopista Milano-Meda y algo menos de 34 si tomas la A4 según cuenta hoy el diario Il Messaggero.
En Trigoria, habiendo conocido la designación (publicada por la agencia Ansa a las 12.29), declinaron comentar. Sin embargo, ante la falta de reacción, se sintió y se respiró una inevitable sorpresa, dado que la Roma en Liga nunca ha sido dirigida por tantos árbitros válidos como por ejemplo Mariani (Aprilia). Y hoy ni siquiera será posible conocer la opinión de Mourinho, dado que ayer al mediodía el club anunció que el técnico no dará la rueda de prensa habitual en la víspera del día (como ocurrió en la ida).
Premisa obligatoria: a nivel normativo, todo es lícito. Para la Asociación Italiana de Árbitros, de hecho, lo que importa es la sección a la que pertenece un árbitro, no su lugar de nacimiento. Ergo, no hay exclusión de la posibilidad de utilizar a Sozza en un partido jugado por el Inter. Y por cierto, durante la temporada, el árbitro ya dirigió el Milan-Lazio en la Coppa Italia. El problema es otro y simplemente va ligado a un motivo de oportunidad. En Trigoria no pueden olvidar la polémica que se vivió durante la temporada, con al menos 10 partidos acabando en el punto de mira de Mourinho. El último hace apenas unos días con el técnico portugués, el árbitro Di Bello y la sala Var con Di Paolo como protagonistas.