Juega con la confianza de quien conoce sus potencialidades y la sencillez de quien siente que está en el lugar adecuado. Si le pidieras que te explicara cómo todo le sale natural después de unas semanas en Roma, bajaría los ojos y sonreiría con el aire de quien te responde con otra pregunta: ¿qué tiene de malo? De hecho, Houssem Aouar, antes de su última temporada en el Lyon, era considerado uno de los centrocampistas europeos más interesantes de su generación escribe Roberto Maida en Il Corriere dello Sport.
El hecho de que haya sido fichado a título gratuito no resta valor a su talento, congelado pero desde luego no quemado. Así lo demuestra el toque delicado que liberó Dybala en el área penal en la acción del 2-0 ante el Estrela la noche del sábado. Una condensación de clase, inteligencia y velocidad que es el repertorio de grandes futbolistas. Pero ni siquiera Mourinho, que quizás no se mostró entusiasmado al principio por darle la bienvenida a Trigoria, esperaba que Aouar pudiera hacerse con el control del centro del campo de la Roma tan rápido. En el entrenamiento de hace unos días quiso hablar con él un buen rato solo para explicarle lo que quiere de él: la diferencia.
En el segundo amistoso en el Algarve, último sustituido entre los 23 jugadores empleados, Aouar cambió hasta cuatro posiciones: partió de interior derecho para dar paso a Pellegrini, ascendido a titular en el trío de calidad que también incluye a Dybala; al inicio del segundo tiempo, cuando la Roma restableció el 3-4-2-1, pasó a la línea media acompañando a Cristante; cuando entró Bove y Mourinho volvió a un 3-5-2, cambió a la posición de interior izquierdo con Matic mediapunta; finalmente en los minutos finales, antes de la sustitución por Pisilli, ascendió para jugar como segundo delantero.
Ahora el reto de Mourinho es que juegue junto a Pellegrini en un centro del campo de tres (o de cinco, si contamos también los extremos). Aouar ya ha dejado claro que no puede haber competencia entre dos buenos centrocampistas. Y que por tanto no será un problema convivir. Tras las primeras pruebas, su teoría parece tener una lógica: si los dos se sacrifican por turnos para arrollar a sus oponentes, el equilibrio defensivo debería estar garantizado. Y el trío de fantasía, que también incluye a Dybala, puede mejorar mucho la limpieza de las jugadas ofensivas, creando más ocasiones de gol.