Vuelven los sancionados, vuelve la defensa de tres. José Mourinho intenta ocultar los puntos débiles de la Roma volviendo a cubrirse y confiando adelante en el nuevo entusiasmo de Wijnaldum. Gini jugó la mayor parte de su carrera con la línea de cuatro, esquema que el domingo pasado contra la Sampdoria se vio de vuelta por necesidad y el cual volver algún día, escribe Gianluca Lengua en Il Messaggero.
No fue una prueba exigente la del fin de semana ante los blucerchiati, últimos de la clasificación y con evidentes dificultades para rematar a puerta. Sin embargo, con un esquema más «desbalanceado» el ataque se «favorecio», llegaron un total de 28 tiros, 11 de los cuales fueron al arco con una precisión del 39%. Un parado menos desenfadado que el 4-2-3-1 es una de las razones por las que la Roma tiene el séptimo ataque de la Serie A (38 goles marcados) y la cuarta mejor defensa (26 goles encajados), además de ser el segundo equipo en Italia en haber recibido el menor número de tiros a puerta (89, el Napoli primero con 75).
Gracias principalmente a los tres jugadores muy titulares en el departamento defensivo Mancini, Smalling e Ibáñez que han encontrado el entendimiento adecuado para manejar los peligros que generan los atacantes rivales.