De las negociaciones con la Juventus al olvido mediático. Del contrato principesco a la marginación técnica. La parábola de Alessio Riccardi, talento nacido en Roma en 2001, ha tomado una trayectoria descendente, que puede anular los sueños. Y ni siquiera un acercamiento reciente a la Primavera de De Rossi le ha servido para reanimarle. El chico tiene el ánimo bajo, en limito insospechados y ahora mismo necesita un impulso de confianza que solo un shock positivo podría generar escribe Roberto Maida en el Corriere dello Sport.
Insertado en la lista de los no deseados al comienzo de la temporada, Riccardi a menudo se entrenó solo o con los jóvenes del 2004. Entonces el club decidió dejarlo jugar en el campeonato de Primavera inscribiéndole en la lista de mayores de edad. Pero la situación no fue ha sido sencilla de manejar: tras el primer partido, fechado el 18 de octubre, Alessio regresó al campo el 7 de noviembre y luego una última vez el 19 de diciembre, justo antes de Navidad: en total logro anotar 2 goles y dar una asistencia, insuficiente para recobrar el brillo en sus ojos.
Ahora, con el mercado inminente, Riccardi no tiene la claridad para entender qué es lo correcto. No querría separarse de Roma, no de forma definitiva, pero al mismo tiempo conoce muy bien la posición del club: si no encuentra equipo, se quedará al margen del fútbol profesional. Al ser una persona extremadamente sensible, está sufriendo mucho por estar perdido. El futuro está lleno de incógnitas. Pero el presente quizás sea peor.
