El efecto Mourinho no solo se nota en las plusvalías y su trabajo diario en Trigoria, sino también en la campaña de abonados cuenta Corriere dello Sport. El vínculo entre Special One y los fanáticos es cada vez más fuerte, y listo para seguir al equipo nuevamente la próxima temporada hacia nuevos objetivos. Cuarenta mil abonados sin fichajes pagados o rimbombantes (aunque Aouar y N’Dicka están a la altura), sin fuegos artificiales (también porque todavía es 20 de junio), pero con la gran certeza de Mourinho.
El técnico compactó el ambiente, dio una nueva cara a un equipo que lucha y lucha por la afición, dio carácter a los que lo siguen. Y probablemente si la Roma no hubiera decidido terminar la campaña hoy, probablemente habría vendido 45.000 abonos, un número que habría puesto esta campaña en el podio entre todas las del año del Scudetto en adelante.
Nunca en los últimos 20 años había habido tantos abonados del Olímpico para la Roma. Los precios en los sectores populares no aumentaron con respecto a la temporada pasada, en los demás sectores el aumento fue mínimo y las familias se vieron favorecidas por cómodos paquetes de juegos a precios reducidos.
