Restan suerte días para el inicio de la pretemporada, y la Roma está tratando de reconstruirse rápidamente, escribe Alessandro Angeloni en Il Messaggero. A José Mourinho, como a todos los entrenadores, le gustaría empezar con el equipo formado y no será así. Por ahora no se ha conformado: desde el 25 de mayo, día de la final en Tirana hasta la fecha, el club ha visto irse a Mkhitaryan, Olsen y Reynolds (que no estaban en la plantilla) y el segundo portero Fuzato (más Florenzi) y contrató a Matic y Svilar (que aún no se ha anunciado oficialmente), además esta la novela Zaniolo, reiterándole al jugador que cualquier discusión sobre la renovación quedará congelada hasta septiembre, provocando malos humores -inevitables- en el chico.
El mercado aún no ha comenzado del todo, hay algunas negociaciones en curso que necesitan detalles para cerrar. Siete días para que vuelva la Roma, o al menos una buena parte. Habría que hacer alguna otra venta, ilustre (Zaniolo) o no (Veretout, Kluivert, Diawara, Calafiori, Villar) quizás para evitar sorpresas desagradables en el futuro con la Uefa, con la que la Roma está en constante contacto para llegar a un acuerdo y evitar sanciones: la Roma, otros clubes italianos, tendrá que respetar algunos puntos que pondrá Nyon, pero en Trigoria ya saben que a partir del 30 de junio el presupuesto como últimamente marcará pérdidas.
Se incrementarán los ingresos y se reducirán los costos, este es el dictado para el futuro. La UEFA, por tanto, puede ser un problema en perspectiva, no es la (única) causa de la lentitud del mercado vista hasta ahora. Una lentitud generalizada, que no concierne sólo a Roma: hay poco dinero y los que no tienen demasiado para gastar inmediatamente, evalúan bien. Mou está inquieto, espera y espera, tiene prisa: espera tener una plantilla que no sea descomunal, pero con los hombres adecuados, los refuerzos que ha pedido y que la sociedad le ha prometido. Tal vez vengan, pero los quería cuanto antes, como es normal. Pero tendrá que esperar en su lugar.