En el juego de los cromos, lo tengo/me falta, Daniele De Rossi se da cuenta de que las certezas se superponen a las deficiencias. En determinadas funciones, la Roma está cubierta o incluso son competitivos, pero en otras deben intervenir con inversiones decisivas para que el plantel pueda empezar de nuevo desde una base alentadora cuenta Roberto Maida en el Corriere dello Sport.
A día de hoy, por un motivo u otro, los jugadores que De Rossi considera seguros para el futuro son ocho: Svilar, Mancini, N’Dicka, Cristante, Paredes, Pellegrini, El Shaarawy y Baldanzi. La cifra puede aumentar si Ghisolfi compra a Angeliño del Leipzig en dos días. Entonces serian nueve, o incluso diez u once: ahí entramos en la cabeza de Dybala, que es libre de pensar en irse a otra parte incluso contractualmente, o en las valoraciones de Bove, que es un activo importante del club.
La otra pieza del equipo es prescindible, o incluso ya se ha ido: Lukaku volverá al Chelsea y luego verá qué hacer, probablemente después de la Eurocopa. A la Roma le gustaría sustituirlo con uno de los delanteros centrales jóvenes más publicitados de Europa, el canadiense Jonathan David del Lille, pero sin el dinero de la Liga de Campeones no pueden exagerar con las ofertas (hoy). También hay pocas posibilidades de quedarse para Azmoun, propiedad del Bayer Leverkusen.
Spinazzola ha terminado su contrato y debería marcharse (gusta Doig del Sassuolo), junto con Rui Patricio, que será sustituido por un segundo más económico. Pero en la reestructuración general, a la Roma también le gustaría incluir a dos jugadores de la vieja guardia: Smalling y Karsdorp, ambos con vencimiento en 2025. Y hablando de despidos, Shomurodov, Belotti, Solbakken y Kumbulla también vuelven a subir en la lista salarial.
