El resumen es que Virginia Raggi puede no ser la alcaldesa que cierre el expediente del Stadio della Roma. En el mejor de los casos, será el nuevo inquilino del Palazzo Senatorio. Siempre asumiendo que los Friedkins sigan adelante con el proyecto que, en su opinión, hoy representa muchos problemas, la mayoría de los cuales, sin embargo, también se volverían a a ver aún eligiendo nuevas ubicaciones para la construcción del inmueble.
Para los Friedkins, el área Tor di Valle está ligada con una serie de problemas: la lentitud crónica italiana para hacer las cosas, las indecisiones políticas, la Covid y sus efectos en el futuro, las negociaciones con Vitek, la estructura corporativa global, los socios potenciales a encontrar para el equipo y para el Estadio.
En el análisis que están realizando los Friedkins junto con Stefano Scalera, las dudas están ligadas a la melaza romana de oficios indolentes, trampas burocráticas, escollos arqueológicos, apelaciones espurias. En esta reflexión encaja el magnate checo Radovan Vitek, que envió a los Friedkins una primera oferta: una línea de crédito garantizada por mil millones, transferencia del complejo a los activos corporativos a cambio de una entrada en las acciones de As Roma.
Los texanos quieren socios pero no una presencia demasiado fuerte dentro de la casa, por lo que por ahora hay un «no gracias» a la oferta inicial de Vitek que debería cerrar la venta de terreno y proyecto con Parnasi a principios de marzo. Más bien, los Friedkins están pensando en dos elementos: obtener una modificación del proyecto y vender toda la parte comercial a Vitek a cambio de un compromiso sustancial en obra pública.
vía: Il Tempo