La salida de la bolsa de valores que no se pudo activar al finalizar la OPA (OPA) que la familia Friedkin concluyó el pasado 6 de noviembre, no sorprendió a la nueva propiedad de Roma, que supo cómo, para muchos pequeños accionistas, mantener el control de las acciones de Giallorossi en su poder representa tanto un tema emocional como una forma de expresar confianza en el nuevo curso, según escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport.
Pero la hipótesis de la «exclusión», que serviría tanto para reducir los gastos como para agilizar el proceso de toma de decisiones, no se ha dejado de lado. Lanzada hace unos días la recapitalización de 210 millones, que se puede completar en diciembre de 2021, la familia Friedkin podría subir en la participación controladora del club (actualmente en el 86,8%), rompiendo así ese muro del 90%, lo que permitiría solicitar la salida de Bolsa.