IQUII Sports publicó ayer su informe mensual sobre el desempeño social de los clubes europeos. La Roma se encuentra en el decimosexto puesto del ranking con una base de fans total de 16,6 millones de usuarios en los que se suman todos los seguidores de las principales plataformas: Facebook, Twitter, Instagram, Youtube y Tik Tok.
Los Giallorossi son el cuarto equipo italiano después de la Juventus (cuarto con 108,8 millones de aficionados), Milán (11º con 43,4 millones) e Inter (12º con 37,3 millones). La relación con estos tres equipos es la misma incluso estrechando la comparación con los italianos donde la Roma se sitúa como el cuarto equipo de la Serie A por número de aficionados en redes sociales, según reportes del diario IlRomanista.
Números que en sí mismos podrían significar poco si no estuvieran respaldados por datos sobre el compromiso (interacciones) de los usuarios con las páginas sociales del club. Y no es casualidad que en Twitter, una de las redes sociales más utilizadas por la Roma, la conexión con el Inter, ahora «sólo» 300 mil usuarios, esté casi materializándose. Un crecimiento significativo, sobre todo mirando el punto de partida: cuando Paul Rogers llegó a la cabeza del área digital en 2015, la base de fans no superaba los 5 millones y hoy se ha más que triplicado. Un resultado que llegó gracias a la visión del nacido en Liverpool que llevó al club a convertirse en una vanguardia en materia de comunicación social construyendo un estilo Roma imitado por muchos equipos y conquistando a millones de usuarios «neutrales» que se acercaban primero a las cuentas de redes sociales de la Roma que a la propia Roma.
Y hoy el club puede contar decenas de cuentas, comunicándose en 13 idiomas para llegar a posibles fanáticos de todo el mundo. Una estrategia basada en el entretenimiento pero también en el compromiso con los temas que el club apoya por la causa como las campañas de lucha contra el racismo, la homofobia y otras formas de discriminación o la iniciativa «Niños desaparecidos» que ayudó a encontrar de varios niños desaparecidos o de todos los esfuerzos realizados en la lucha contra el covid.
Más allá de Paul Rogers
Después de casi 6 años, el matrimonio con la Roma terminó y Rogers saludó a los fanáticos a principios de noviembre con una sentida carta publicada en su perfil de Twitter. Es demasiado fácil asociar su despedida a un proceso de reestructuración empresarial iniciado por Friedkins y que podría haber invertido a uno de los más grandes profesionales presentes en los cuadros de dirección. Pero no es así. Más bien, fue una separación consensuada en la que ambas partes tenían más interés en terminar la relación que en continuarla.
Incluso los Friedkins, como Pallotta antes que ellos, están interesados en la expansión digital (que significa visibilidad y que rima con patrocinios) y, por lo tanto, ya ha comenzado la búsqueda del reemplazo que tendrá la no simple tarea de mejorar o, al menos, de igualar los éxitos de su predecesor. El sorpresivo fichaje de Tiago Pinto nos hizo comprender lo difícil que es interceptar las elecciones de Friedkin y existe una gran reserva e incertidumbre sobre el nombre del sucesor de Paul Rogers.
