La hazaña de Ranieri, además de enorme teniendo en cuenta que la Roma había quedado rebajada por la gestión de Souloukou, a dos dedos de la Serie B, tiene aún más trascendencia porque la próxima temporada será la duodécima consecutiva de la Roma jugando una competición europea algo que ningún equipo italiano ha conseguido en los últimos años cuenta este miércoles el diario Il Romanista en su web.
Una racha sin fronteras que ha dejado 5 semifinales, incluyendo una semifinal de Champions League, una final de Europa League y la Conference en Tirana. La Europa de la Roma es una gran Europa. Ganamos en el Bernabéu y fuimos el primer equipo en hacerlo allí dos veces. Le ganamos 3-0 al Barcelona no sólo en aquella noche casi esotérica en la que el catalanismo empezó su declive dentro del grito estridente y conmovedor de un antiguo griego. En Francia vencieron al Lyon, favorito para la Copa y que ganaba siete campeonatos consecutivos en casa. Somos el único equipo italiano que ha ganado en Moscú a todos los equipos de la capital rusa. Ganamos en Lisboa al Benfica, que no perdía en casa en Europa desde hacía una década, eliminamos al Porto, superamos al Colonia, que por aquel entonces era la Alemania de Schumacher y Littbarski, empatamos con 10 hombres en Highbury, ganamos la Copa de Ferias, la predecesora inmediata de la UEFA.
Era una sonrisa. Una alegría desenfrenada. Nunca me gustó la felicidad que sentí cuando Dybala nos dio la ventaja en Budapest. Aquella final parecía prevista para el 31 de mayo, como para significar que por fin llegaría nuestro día siguiente. En cambio, Budapest fue el 30 de mayo de nuestros hijos. A partir de ese día, ellos también tienen su noche de lágrimas y oraciones.
