Hay una lista de jugadores por los que apostar, aquellos que han convencido más que el resto. Las certezas empiezan obviamente con Svilar, el auténtico campeón de la defensa giallorossi. Por supuesto, todavía queda un contrato por renovar, lo cual es preocupante y no poco, pero también es cierto que Mile tiene acuerdo hasta 2027 y la Roma -desde este punto de vista- se siente tranquila. También son seguras las confirmaciones de Mancini y N’Dicka, los dos pilares de la defensa, a menos que llegue una monstruosa oferta por el marfileño, llegado libre del Eintracht y que -por tanto- representaría una jugosa plusvalía, escribe Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport.
Otra certeza es la confirmación del trío argentino (Dybala, Paredes y Soulé) y con ellos su mejor amigo Angeliño, que vive en simbiosis con los argentinos. Aquí también, obviamente, salvo que aparezca alguien en Trigoria por Dybala o Boca no quiera presionar mucho en el tema Paredes. Otro pilar es Manu Koné (por quien el PSG está dispuesto a apostar), junto al que hay otros dos jóvenes, Pisilli y Baldanzi. Luego está el grupo de aquellos sobre quienes será necesario reflexionar. Empezando por el capitán Pellegrini (cuyo contrato expira) y Cristante, dos de la vieja guardia que tienen un sueldo alto -y mucho- en el vestuario giallorossi. El futuro de Saelemaekers (que está cedido), del segundo portero Gollini y de la dupla atacante Dovbyk y Shomurodov, también está por verse.
El ucraniano no ha convencido del todo y si surge la posibilidad de un traspaso, la Roma lo evaluará. Al uzbeko se le valora por su dedicación y sacrificio, pero en Trigoria saben bien que para soñar se necesita algo más. Los dos carrileros Rensch y Celik también están en la cuerda floja: el neerlandés gustó en destellos, el turco está en su mejor momento y hay que venderlo ya si se quiere hacer algo con él. Finalmente El Shaarawy podrá permanecer como jugador de apoyo.