Paradigme

Frattesi no se moverá del Inter hasta que concluya la primera fase de la Champions; solo a finales de mes el conjunto nerazzurro hablara con la Roma

Primero la Champions y luego veremos. Porque una cosa es cierta: el Inter y Inzaghi no tienen intención de perder a ningún jugador de aquí al final de la primera fase de la competición, y cualquier referencia es puramente intencionada. Davide Frattesi, el centrocampista con malestar que quiere dejar Milán para ir a la capital, tendrá que esperar hasta el 30 de enero, escribe Marco Fallisi en La Gazzetta dello Sport. Ese día, el minicampeonato nerazzurro en la Champions habrá terminado: entre el Inter y la clasificación directa para los octavos de final todavía quedan dos partidos decisivos, el partido de ida del miércoles en Praga y el desafío San Siro contra el Mónaco.

Y para el sprint final Inzaghi necesitará de todos, especialmente en el centro del campo, donde la lesión de Calhanoglu ha complicado las cosas: Frattesi no se moverá hasta que acaben los partidos en Europa. Él lo sabe y también la Roma, que ha fijado una cita con el Inter para finales de mes: el silencio que ha caído sobre el asunto en los últimos días se explica también por esto. El posible acuerdo, por tanto, tendrá que encontrarse en un puñado de días (la ventana de fichajes de invierno cierra el 3 de febrero) y no habrá mucho que negociar porque las reglas del juego son claras. El Inter ha fijado un precio, 45 millones en efectivo sin ninguna compensación (el posible traspaso de Cristante a los nerazzurri de manera temporal debe considerarse como una operación aparte, que permitiría al Inter llenar el hueco creado por la marcha de Frattesi).

La Roma aún no ha presentado una oferta oficial, pero cuenta con la buena disposición del jugador, que cada vez tiene más ganas de marcharse. Nada ha cambiado después de las palabras de Inzaghi en Venecia, «si yo fuera él seguiría aquí…», también porque nada ha cambiado en las jerarquías, ni en la actitud de Frattesi en el campo: en el empate 2-2 del miércoles contra el Bolonia, Davide entró partido en curso sin poder causar un impacto como en los viejos tiempos. La misma escena vista en Venecia, y antes en Riad: el déjà vu se viene repitiendo más o menos desde que su deseo de cambiar de aires se hizo público.

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