Matias Soulé se ha encogido. Hasta el punto de ser «invisible». Porque al argentino ya se le ve muy poco sobre el terreno de juego, escribe Alessio D’Urso en La Gazzetta dello Sport. Después de haberle costado a la Roma 26 millones de euros más bonificaciones el pasado mes de julio y de haber sido recibido como una estrella de rock en Fiumicino la noche del 29 de julio, casi seis meses después, el ex talento de la Juve se ha convertido en un «caso» al igual que otra sensacional compra en verano, Enzo Le Fée (23 millones procedente del Rennes), recién cedido al Sunderland. Sólo marcó un gol, mientras que la temporada pasada a estas alturas el argentino ya había marcado 8 goles (con una asistencia) y en cuanto a ocasiones creadas pasó de 5 a ninguna.
Un eclipse debido principalmente a su inexperiencia en ciertos niveles, a la presencia en su rol de congénere de su compatriota y amigo Paulo Dybala y también a los continuos vaivenes de una temporada convulsa que también lo vio jugar en el inicio de temporada como extremo puro, en una posición que ciertamente no se adaptaba a sus características físicas antes que a sus técnicas. Si con Daniele De Rossi Soulé inevitablemente jugó más en apenas 4 partidos, también para tener un feedback inmediato tras la importante inversión en el mercado de Friedkin, con Ivan Juric el argentino vio poco a poco menos el campo (417′ en 11 partidos, media 38′), consiguiendo marcar su único gol de la temporada, el conseguido ante el Verona en el campeonato.
E incluso en términos de pases clave la diferencia es notable: pasó de 2,50 por partido en Ciociaria a 1,27 esta temporada. El club giallorossi no lo considera un jugador en venta, pero los rumores sobre él abundan. Y ciertamente no faltan admiradores. Partiendo de Fiorentina y Genoa, próximo rival de la Roma. En linea con esto, este miércoles en mesa de prensa Claudio Ranieri fue bastante claro al respecto e intento cerrar el asunto:»Creo mucho en el chico. Estoy convencido de que puede ser un jugador del futuro de la Roma. Está mejorando, muchas veces le pido que sea más práctico, que toque menos el balón. Él se queda aquí con nosotros, creo en él, seguramente tendrá sus oportunidades para ver que está mejorando”.
