La Roma sepultó con goles (5-0) a un Parma nunca estuvieron en el partido. El problema, sin embargo, es entender cómo se puede cambiar el rendimiento de forma tan radical en tan sólo una semana, escribe Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport. Al final, el técnico giallorossi encontró la clave de la metamorfosis con la incorporación de sus dos «monumentos» Hummels y Paredes, ausentes en Como.
¿Es esto suficiente? Ciertamente contribuye, pero ayer la Roma también mejoro por otras razones: por los flancos que encontraron el equilibrio adecuado con Angeliño y Saelemaekers y por una actitud diferente a la de Como. Tanto es así que Ranieri no hizo ningún cambio, dando una señal clara a todos. En la Serie A, ningún equipo había terminado un partido sin realizar un solo cambio desde 2015. ¿Sorprendido? Quizás sí, Ranieri justificó la elección por el buen desempeño de los presentes en el campo. La realidad de los hechos, sin embargo, es otra, algo que Ranieri nunca podrá admitir. Y esa es la señal dada a quienes jugaron (o entraron) en Como con una actitud equivocada. No es casualidad que Le Fée, Celik, Soulé y Pellegrini hayan calentado durante mucho tiempo en la segunda parte. Ranieri no hace descuentos a nadie, especialmente si los resultados no llegan. Y en cambio ayer llegó el resultado y también fue bueno.
Dybala celebró, a veces incluso con una sonrisa nerviosa, a lo Hamlet. En definitiva, la situación actual del mercado no le molesta, pero ayer tenía muchas ganas de demostrar que estaba en el juego. También porque esta Roma que está al frente ahora parece estar funcionando bien. Desde que Ranieri llego, el equipo ha marcado 18 goles en 8 partidos (a una media de 2,25 por partido), incluso 16 en los últimos 5 (media de 3,2). En definitiva, para aquellos que pensaban que Ranieri podría venir a Roma para hacer «sopa» o jugar sólo al contraataque, está el campo para demostrar que se equivocaban. Luego, claro, con dos en el campo del valor y peso específico de Hummels y Paredes todo se vuelve más fácil.
Ranieri le quitó el polvo y le regaló un traje elegante, que le sienta muy bien. Y si la Roma juega tan bien es porque su ingenio está en el barómetro de los Giallorossi. El equipo de Ranieri se puso en marcha inmediatamente con la jugada de Dovbyk-Dybala que desembocó en el penalti que puso la ventaja, pero Saelemaekers cerro el tema a los 13′ de juego.