«Habrá un final feliz», dijo Hummels ayer en rueda de prensa. Y tenía razón, escribe Daniele Aloisi en Il Messaggero. Porque en pleno tiempo de descuento, en el minuto 91, puso su pie a un centro muy tenso de Angeliño, para marcar un preciado 2-2. Después de los muchos banquillos, en sus tres apariciones con la Roma nunca logró brillar.
Cometió el penalti tras una entrada desordenada sobre Sarr y el árbitro -tras la revisión del VAR- concedió el penalti. No le funciona bien a Mats que ni siquiera logra encontrar el gol tras un buen centro de Dybala. Luego, en la segunda parte, finalmente mostró una intervención de Hummels y, sobre todo, el gol. El alemán necesita recuperar su ritmo de partido, por lo que esperaba poder jugar al menos desde el minuto 1 ante el Dinamo de Kiev y el Union Saint-Gilloise.
Una inserción gradual le habría permitido ponerse en forma antes. En Alemania ya se hablaba en las últimas semanas de un posible regreso a la Bundesliga, con el Borussia Dortmund en la pole position. Por el momento sólo quiere pensar en la Roma y dice que no se arrepiente de la elección que tomó en septiembre.
Sobre su importancia y su rendimiento en Londres habló bien claro Ranieri tras el partido dejando claro además cuanto confía en el alemán para relanzar la Roma:»Hummels es un inmenso campeón, imagínense que todavía no está al 100%. Sí, llegó con una décima de segundo de retraso en la acción del penal pero el árbitro lo dejó pasar y fue el VAR el que con razón nos sancionó. Pero un campeón no se rinde, si ha hecho todo lo que ha hecho en su carrera es porque es un hombre y un profesional ejemplar. Cuento mucho con él para aportar la concreción, la serenidad y la fuerza moral que el equipo necesita«.
