Ranieri era un joven de 43 años la última vez que logró ganar un partido de visitante en Nápoles. Era el 15 de octubre de 1995, Dybala tenía casi 2 años, Cristante tenía 7 meses. La Fiorentina de Batistuta marcó dos goles en la final, con una falta de Schwarz desviada por Tarantino y un zurdazo de Massimo Orlando en el contraataque.
Curioso: la Viola llevaba 7 meses sin ganar fuera de casa en la Serie A, exactamente como ahora la Roma cuenta este jueves el Corriere della Sera. Ranieri cerró el triplete esa tarde, porque también había ganado sus dos primeros partidos en Nápoles: 2-1 contra el Cagliari en 1990, 5-2 contra la Fiorentina en 1994. En los siguientes 9 viajes a ese campo ya no tuvo éxito. No sólo eso, porque la última victoria contra los Azzurri se remonta al 4 de octubre de 2009, casualmente con la Roma: remontada por 2-1 en el Olímpico gracias a un doblete de Totti.
En los siguientes 12 partidos directos el balance de Ranieri es desastroso: 2 empates y 10 derrotas. Una racha que debe ser interrumpida, en el campo donde el 16 de septiembre de 1990 consiguió la primera victoria de su carrera como entrenador en la Serie A con el Cagliari, ante un equipo que llevaba el scudetto en el pecho.