«Los Friedkins están listo para otro cambio en el banquillo«. Inevitable. Como suele ocurrir en esas temporadas que empezaron mal y -muchas veces- terminaron peor. También ayer se volvió a plantear la hipótesis de la destitución de Juric y el regreso de Daniele De Rossi al banquillo. Exactamente lo mismo que ocurrió tras la derrota ante el Elfsborg y el empate en Monza, escribe Marco Juric en el diario La Repubblica. El club sigue negando cualquier tipo de cambio en el tintero: «Juric seguirá siendo entrenador de la Roma hasta final de temporada«. No hay vuelta atrás, al menos por ahora. Luego ya veremos. Hoy en Trigoria se vive al dia. Esto parece demasiado claro.
El jueves llega el Dinamo de Kiev y el domingo se viaja a Florencia. De nuevo con el técnico croata en el banquillo. Quien necesariamente tendrá que encontrar soluciones para encaminar una temporada, quizás ya comprometida. Del partido contra el Inter surgieron más que ideas para trabajar, certezas. De la insuficiencia de algunos intérpretes y de la incapacidad de jugar a alto nivel con determinados oponentes. Tanto en Italia como en Europa. Juric hará otra rotación contra los ucranianos el jueves. Dentro Hummels, Le Fée, Baldanzi y Soulé. Buscando frenéticamente el equilibrio adecuado entre aplicación táctica y calidad. «Si tengo que llegar al fondo de las cosas, lo haré con mis ideas», será el leitmotiv de sus futuras elecciones. Intentando poner a los mejores jugadores en las condiciones adecuadas.
Empezando por Paulo Dybala, sacrificado en un rol defensivo que no gustó a nadie. Ni siquiera a su entrenador: «Tenemos que limitar sus carreras hacia atrás». Contra el Inter, Paulo demostró lo mucho que quiere dar, al igual que los demás. La entrega del equipo es increíble, tenemos que intercambiar y correr menos». La teoría es correcta, y probablemente también las ideas que el entrenador intenta introducir dentro del grupo. Pero Juric no tiene tiempo. Trabajar, estudiar y adaptarse a una realidad mucho mayor a las que estaba acostumbrado. La esperanza, para el técnico, es que el clima de protesta abierta contra el club, con los Friedkins señalados por los aficionados de la Roma como los únicos responsables de este momento, no conduzca a un nuevo cambio de rumbo. Lo cual tendría muy poco contenido técnico.
Si no un intento extremo de los propietarios estadounidenses de calmar la plaza, devolviendo la bandera al banquillo de la Roma. Quizás con el nombramiento de un nuevo director general, italiano y familiarizado con el entorno Giallorossi. Hipótesis infundadas, aseguran desde Trigoria. Todo esto mientras siguen activos los contactos para una inminente venta del club – ayer no pasó desapercibida la presencia del emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al Thani, en el Estadio Olímpico – que favorece la nueva inversión que se acaba de realizar en el Everton.
Lo que hasta hace unos días parecía sólo una hipótesis desafortunada se está convirtiendo peligrosamente en una realidad: el banquillo de Ivan Juric, según informa la agencia de noticias Adnkronos, está en peligro. Después de la derrota en casa ante el Inter, que mantiene a la Roma entre las columnas izquierda y derecha de la clasificación de la Serie A, la posición del ex entrenador del Torino parece cada vez más inestable, cuenta por su parte Gianluca Piacentini en Il Corriere della Sera.
Los propios Friedkins, duramente atacados el domingo por la Curva Sud que permaneció fuera del estadio durante 15 minutos y exhibió pancartas polémicas contra ellos, estarían dispuestos a tomar una nueva y sensacional decisión para intentar salvar la temporada del equipo giallorossi. En este sentido, no se tratará tanto del partido de la Europa League del jueves ante el Dinamo de Kiev, sino del partido fuera de casa del domingo en el Franchi contra la Fiorentina. En caso de resultado negativo en Florencia, Juric podría ser relevado de su cargo y en su lugar, según la indiscreción de Adnkronos, podría ser llamado Daniele De Rossi, que todavía tiene un contrato alto (más de 3 millones netos por temporada) que le vincula a la Roma durante los próximos tres años.
Discursos prematuros de momento, pero a Juric se le acaba el tiempo. Se han lanzado muchas acusaciones contra el técnico, especialmente por parte de los aficionados que se desahogan en las redes sociales y en la radio: ver a Dybala persiguiendo a Bastoni por el campo es difícil de entender para la mayoría de la gente.
