Se necesitan espacio y recursos para los golpes del futuro, escribe Lorenzo Per en Il Tempo. Por este motivo, el trabajo de Ghisolfi, que mientras tanto comienza a explorar diversas pistas con agentes e intermediarios, tendrá que implicar necesariamente transferencias. No más obligaciones como en veranos anteriores, cuando junio era el mes dedicado a las plusvalías, ahora será dedicado a una reducción de la plantilla y de la masa salarial que permitirá al director deportivo francés reinvertir en ingresos.
Aunque la plantilla giallorossi verá varios elementos decir adiós sin demasiados dramas entre cesiones que terminan (Kristensen, Renato Sanches, Azmoun) y fin de contrato (Rui Patricio-Spinazzola), hay una lista de jugadores «prescindibles» que permitirán a De Rossi construir un equipo a su propia imagen y semejanza. En lo más alto está seguramente el nombre de Abraham, que debería haber dejado la Roma hace un año para luego sufrir una grave lesión y perderse tres cuartas partes de la temporada pasada. El exdelantero del Chelsea, que llegó a la capital hace tres años, no entra en los planes de DDR, aunque estaría dispuesto a quedarse, y es de los pocos que todavía tienen mercado en la Premier League. El Aston Villa habría dado sus primeros pasos pero no sólo el club de Monchi está entre los pretendientes del atacante.
Los 40 millones solicitados hace un verano son un espejismo, pero Ghisolfi todavía espera cobrar una suma de unos 25 por el delantero centro británico de veintisiete años. El nombre de Karsdorp aparece junto al nueve amarillo-rojo. El neerlandés está al margen tras la velada de pesadilla con el Leverkusen en el Olímpico y después de siete años parece que por fin ha llegado el momento de la despedida, un año después de la expiración de su contrato.
