Ayer tuvo lugar en Trigoria el primer encuentro real entre Daniele De Rossi y la dirección de la Roma cuenta este miércoles Gianluca Lengua en el diario Il Messagero. Florent Ghisolfi se traslado definitivamente a la capital y escuchó todas las necesidades del técnico y de los propietarios. Sí, porque la directora general Lina Souloukou también estuvo presente en la reunión.
Las estrategias son claras: los propietarios quieren invertir en jugadores que resulten ser activos valiosos en el futuro y que actualmente tengan costos bajos, tanto en términos de traspaso como de salarios. Se necesitan dos laterales, un centrocampista, dos extremos y un delantero si Abraham se marcha. Sin embargo, el tema central de la conversación de ayer fueron las ventas. Hay al menos cinco jugadores “no deseados” de los que se espera que encuentren un nuevo club.
Entre ellos se encuentra Karsdorp, que ya no volvió a ser utilizado tras el error en la Europa League ante el Bayer Leverkusen. Probablemente también Smalling, el único interrogante entre los centrales por su condición física. Celik tampoco da ninguna certeza, pero será difícil encontrar un comprador. Así como para Aouar, que podría tener mercado en Francia. Por último, Zalewski. En el encuentro también se abordó el tema de los jugadores al final de su contrato o cesión. Nadie obtuvo votos positivos para quedarse en la capita, excepto Angeliño. Aunque Llorente no ha tenido noticias de la Roma de momento, De Rossi no parece dispuesto a dar el visto bueno.
Spinazzola tampoco debería seguir. Luego están los jugadores que regresarán a Trigoria al final de su cesión. Ninguno de ellos tiene la posibilidad de quedarse, excepto Kumbulla. El albanés habló con De Rossi y le dijo que puede quedarse (por eso probablemente no comprarán a Llorente), pero que si llega una oferta importante del mercado se marchará.