La pregunta inevitable, después de que la Fiscalía de Roma cerró este martes la investigación sobre una serie de ventas de futbolistas, entre ellos Defrel, Marchizza y Frattesi, así como otras operaciones como Zaniolo, Santon y Nainggolan, Cristante, Tumminello, Spinazzola y Luca Pellegrini, es ¿Cuál sanción podría sufrir el club a nivel deportivo?. Según cuenta el diario Il Messaggero, la respuesta más banal debería empezar tomando como modelo a la Juventus, el único equipo de alto perfil castigado por falsas plusvalías.
En este caso, los términos utilizados son similares – «falsas comunicaciones sociales, manipulación del mercado» – pero el epílogo debería ser diferente. En este caso. No habría pruebas que pudieran cambiar el escenario respecto a 2022, cuando los clubes fueron absueltos, entre ellos 5 de la Serie A. A estas alturas, la ‘sanción’ más banal a nivel deportivo podría ser el incumplimiento de los principios de lealtad, corrección y probidad. En el Código de Justicia Deportiva el artículo 31 regula la cuestión. El apartado 1 se refiere a «ofrecer información falsa, reticente o parcial» o aplicar «comportamientos destinados a eludir la legislación federal en materia de gestión y economía», lo que conlleva una multa con advertencia.
Más grave es el apartado 2, relativo al comportamiento de quienes intentan obtener la inscripción en un concurso al que de otro modo no podrían ser admitidos. Van desde una sanción de clasificación hasta la exclusión del torneo. Sin embargo, nos limitamos a especular, ya que el tema es muy amplio y los peritajes aún no se han dado a conocer. Sin mencionar, entonces, que nos encontramos ante la ausencia de ciertas pruebas (como correos electrónicos e interceptaciones telefónicas).
Por su parte cuenta Lorenzo Pes en el diario Il Tempo que: La Fiscalía de Roma ha cerrado las investigaciones preliminares sobre el caso de plusvalías que examinaban las operaciones en el mercado de Roma entre 2017 y 2020. Los nombres de los Friedkins ya no aparecen en la investigación, cuyo apartado se archivo. Todavía están en el registro de sospechosos el ex presidente James Pallotta y la dirección que se alternaba en aquellos años de Gandini a Baldissoni pasando por Fienga, Malknecht y Francia, y, obviamente, la propia Roma por responsabilidad objetiva.
Los hechos controvertidos se refieren a cinco operaciones que involucran a doce futbolistas (Defrel, Marchizza, Frattesi, Zaniolo, Santon, Nainggolan, Cristante, Tumminello, Spinazzola, Luca Pellegrini, Manolas y Diawara) por las que «se impugna la obtención de un beneficio injusto mediante comunicaciones que no no corresponden a la verdad«, en particular el registro de importes contabilizados en violación de las normas contables internacionales al no aplicar, como criterio de contabilización en los estados financieros, el valor contable de la venta sino valores de mercado afirmados que no pueden ser verificado con ciertos parámetros.
En esencia, se trata de la cuestión de las rentabilidades de las plusvalías en los intercambios de futbolistas cuyo valor registrado en el balance está en disputa. En este caso se trataba de futbolistas de indudable valor en aquel momento, por lo que la cuestionabilidad del valor de compra parece compleja y difícil de cuestionar. Pero concretamente el club Giallorossi no debería verse expuesto a consecuencias particulares a nivel deportivo.