Hay una buena parte de la plantilla de la Roma se jugará su futuro en los próximos partidos – 9 de Serie A más 2 en la Europa League, aunque De Rossi y la afición esperan que haya más, de cara a la Copa – que faltan al final de la temporada.
Para algunos será fundamental entender quién será el entrenador el próximo año, ya que ni siquiera la DDR sabe todavía si estará en el banquillo, pero algunas situaciones deberán abordarse de todos modos. El más urgente se refiere a Chris Smalling. Su rendimiento esta temporada sugiere que al club le habría ido mejor dejarle marchar.
En efecto, el inglés solo ha disputado 362 minutos, repartidos de la siguiente manera: 65 ante Salernitana (20 de agosto), 90 con el Verona (26 de agosto) y el Milan (1 de septiembre), luego un largo agujero negro hasta el 18 de febrero, día en el que volvió a pisar el césped (8 minutos) en Frosinone; ocho días después jugó 78 minutos contra el Torino y luego el 2 de marzo 31 contra el Monza. Ahora vuelve a estar de baja, oficialmente debido a una contusión en el tobillo sufrida en el entrenamiento previo al partido (6 de marzo) ante el Brighton.
Por eso, si llegara un interés del Inter, como se viene rumoreando estos últimos días, o nuevamente de Arabia, esta vez el club giallorossi probablemente lo dejaría ir sin oponer resistencia asegura el Corriere della Sera. La dirección de De Rossi, sin embargo, puede haber cambiado el destino de Leonardo Spinazzola, cuyo contrato expira en junio. Hace dos meses, el lateral izquierdo podía ser considerado un ex, hasta el punto de que su representante, Davide Lippi, había cerrado cualquier posibilidad de quedarse en la capital italiana y planteaba la hipótesis de una salida ya en enero. Ahora las cosas podrían cambiar, pero incluso en este caso hay que valorar sus condiciones físicas.
